Mahmud Abdel Rauf al-Mabhuh era un dirigente del grupo terrorista palestino Hamas, siendo uno de los fundadores de su brazo armado, las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam, así como uno de los máximos responsables del tráfico de armas con destino a la Franja de Gaza. En 1989 fue uno de los responsables de los secuestros y posteriores asesinatos de los soldados israelíes Avi Sasportas e Ilan Sa'adon.
El martes 19 de enero de este año llegó a Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, y se alojó en el hotel Al Bustan Rotana. Al día siguiente, el miércoles 20, al-Mabhuh fue encontrado muerto en su habitación. Varios días después se revelaría el suceso, así como las circunstancias de su muerte: al-Mabhuh fue drogado, electrocutado y estrangulado.
Las autoridades alegarían más tarde que la investigación tenía en su punto de mira a ciudadanos extranjeros que habían llegado a los Emiratos Árabes Unidos con pasaportes europeos; estos ciudadanos habrían huido del país tras llevar a cabo la acción.
La destacada posición de al-Mabhuh en la estructura de Hamas, el hecho de que el subsiguiente secretismo de la organización sobre su paradero no haya impedido su muerte, la circunstancia de que ciudadanos israelíes tan sólo podrían entrar en el país con pasaportes que no fueran de su Estado (por ejemplo y precisamente, europeos) y la premeditación y profesionalidad del ataque han hecho pensar a Hamas y al Gobierno iraní que detrás del hecho está el llamado largo brazo de Israel: el Mossad.
La reacción del Gobierno israelí cuando sobre él se vierten semejantes acusaciones puede ser de dos tipos: silencio absoluto, consistente en no aceptar, pero al mismo tiempo no negar su participación en los hechos, o bien negar las acusaciones pero al mismo tiempo celebrar la buena noticia. En este caso, el silencio es lo que prima.
Entretanto, otra vía de la investigación señala a una banda criminal, algo que tampoco sería sorprendente habida cuenta de que el viaje de al-Mabhuh a Dubái podría haber sido el resultado de una presunta oferta armamentística.
Lo más probable es que los esfuerzos de las fuerzas de seguridad emiratíes (así como los de la Interpol) no sirvan para nada, y que la verdad sobre la muerte de al-Mabhuh nunca se vaya a saber a ciencia cierta.
Pero lo que sí es cierto es que la paranoia se ha asentado en las mentes de los máximos responsables de Hamas, y es que sólo unos pocos dirigentes de la organización terrorista, cómodamente asentados en Damasco (cuyas autoridades les prestan todo el apoyo que haga falta), sabían del paradero de al-Mabhuh. Esto les hace pensar (y así ha sido dado a entender por su parte) que la inteligencia hebrea se ha infiltrado en los altos rangos tanto del propio Hamas como de los servicios de seguridad sirios, responsables en gran medida de la protección de los líderes del Movimiento de Resistencia Islámica, así como de los dirigentes de la organización terrorista chií Hezbollah, uno de cuyos líderes, Imad Fayez Mughniyah, voló misteriosamente en pedazos en un atentado con coche bomba en la capital siria el martes 12 de febrero de 2008...
Esté o no el Mossad detrás de la muerte de al-Mabhuh, lo cierto es que Hamas está recibiendo su propia medicina. Si bien ello no va a detener su orgía criminal, se puede decir que, después de haber aterrorizado a los ciudadanos israelíes con sus atentados bomba en Tel Aviv y sus cohetes al-Qassam lanzados contra Sderot, después de haber sometido a los gazadíes, ahora son ellos los que tienen miedo, los que tienen que mirar por encima del hombro, los que tienen que desconfiar de aquellos que les rodean. No es comparable al dolor que han provocado tanto en Israel como en la Franja de Gaza, pero ya es algo.
Además, han perdido a un miembro de gran importancia estratégica en su campaña cotidiana de hostigamiento contra Israel. Dicho de otro modo, a mí, lo que es a mí, la muerte de al-Mabhuh no me quita el sueño precisamente.