Además de lo dicho aquí, aquí y aquí sobre el artículo de opinión de José Antonio Pérez Tapias, diputado socialista por Granada, me gustaría hacer más comentarios al respecto.
Para empezar, el "muro" por el que Pérez Tapias y tantos otros protestan no es un muro. En la mayor parte de su recorrido, se trata de una valla. Y en segundo lugar, es ridículo pensar que la barrera (llamémosla así, pues quizás sea el término más neutral) se realiza con fines de segregación al estilo del Apartheid sudafricano. ¿Por qué? Porque en ese caso, la barrera separaría no sólo a Israel y a los colonos de los árabes de Palestina, sino que los separaría también de los árabes israelíes, quienes étnicamente son, en su vasta mayoría y precisamente, palestinos. Y eso no ocurre. Nazaret es una ciudad israelí poblada mayoritariamente por árabes y ninguna barrera los separa de los judíos. Queda claro, pues, que la idea del "muro" como método de segregación es absurdo. Si quieres segregar a un grupo étnico, empiezas por aquellos que están dentro del país, no por aquellos que están fuera de él.
La verdad pura y dura es la siguiente: Israel construyó la barrera con fines de seguridad. Así, del mismo modo, las barreras que separan Ceuta y Melilla de Marruecos están ahí por la misma razón, y lo mismo vale para la barrera que separa los EE.UU. de México. En los casos español y estadounidense, se trata de evitar la inmigración ilegal y el crimen organizado transfronterizo. Y en el caso israelí, se trata (aparte de por lo anterior, que también) de evitar la infiltración de terroristas palestinos.
En los años 90 comenzaron a cometerse ataques con bomba a manos de terroristas suicidas. A medida que avanzaban los años, el número de ataques se iba haciendo cada vez mayor. Si en 1993 tuvo lugar un único ataque, en los años 1994, 1995 y 1996 ocurrieron cuatro cada año. De los cuatro ataques del año 2000 se pasó a los 41 del año 2001, y de ahí a los 45 del año 2002. Fue precisamente en el año 2000 cuando empezó la Segunda Intifada o Intifada de al-Aqsa.
No sólo creció el número de atentados, sino el número de víctimas por suceso. El atentado del año 1993 costó una vida (la víctima era, irónicamente, palestina), sin contar al autor, mientras que el atentado ocurrido en un autobús en la calle Dizengoff de Tel Aviv en 1994 se cobró 22 vidas inocentes. Un atentado en una discoteca en 2001 costó otras 21 víctimas mortales, excluyendo al criminal.
A estos atentados hay que sumarles otros de menor calado pero también dañinos, como los disparos efectuados por tiradores palestinos desde posiciones elevadas y en dirección a carreteras por las que circulan israelíes.
Todo esto fue lo que provocó, ya en los 90, la idea de construir una barrera que impidiera la entrada clandestina de terroristas en suelo israelí a efectos de provocar atentados como los arriba mencionados. Y en los sectores en los que la barrera se erige en muro, se ha conseguido obstaculizar los disparos efectuados por tiradores.
La barrera protege asimismo a los habitantes de las colonias, quienes padecen también ataques terroristas, por muy criticable que pueda ser el hecho de establecer esos enclaves.
La construcción de la barrera se aceleró con la Intifada de al-Aqsa, y funcionó. Consecutivamente entre 2002 y 2008, el número de atentados terroristas suicidas por año fue de 45, 23, 17, 9, 3, 1 y 1. Para el mismo período, el número de muertos por año, excluyendo a los terroristas suicidas, fue de 238, 145, 93, 30, 15, 3 y 1.
La información correspondiente a los atentados y sus víctimas, así como las fuentes utilizadas, se puede encontrar aquí (en inglés).
Otra cosa que me llama la atención del artículo es algo que ya había visto con anterioridad. Se trata de las siguientes palabras: "Ya hace años, precisamente la escritora sudafricana de origen judío, Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura en 1991, comenzó a hablar del 'apartheid' puesto en práctica por el Estado de Israel." Por alguna extraña razón, los pro-palestinos tienden mucho a utilizar los argumentos de aquellos judíos que critican a Israel. Es como si una crítica anti-israelí fuera más válida sólo porque la realiza un judío.
Por último, termina Pérez Tapias diciendo: "Lleva razón Zapatero: 'otros muros deben caer.' Si no es así, todos los lemas relativos a un mundo sin fronteras son expresión del piadoso deseo de un utopismo impotente." Yo le contesto a Pérez Tapias que si quiere puede dar ejemplo tirando las vallas de Ceuta y Melilla, pero los israelíes son lo suficientemente realistas como para salvaguardar su seguridad.
Otra cosa es que Tapias realmente cometa la desfachatez de creer que tirando abajo el "muro" israelí, las vallas de Ceuta y Melilla o la barrera estadounidense, todos nosotros (españoles, marroquíes, estadounidenses, mexicanos, israelíes y palestinos) nos vayamos a hacer amigos, cojiditos de la mano y brincando como corderitos por el campo...