lunes, 30 de noviembre de 2009

Oportunidades perdidas (I).

El domingo 29 de noviembre de 2009, se cumplieron 62 años de la aprobación del Plan de Partición de Palestina, a través de la Resolución 181 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. El Plan preveía, una vez disuelto el Mandato Británico de Palestina, la creación de dos Estados, uno árabe y otro judío, así como la internacionalización de las ciudades de Jerusalén y Belén.

La Resolución 181 fue votada:

1.- A favor, por 33 miembros de la O.N.U. (un 59% de los votos): Australia, Bélgica, Bielorrusia (por aquel entonces parte de la Unión Soviética), Bolivia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Costa Rica, Dinamarca, la República Dominicana, Ecuador, Francia, Guatemala, Islandia, Luxemburgo, los Países Bajos, Nueva Zelanda, Nicaragua, Noruega, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Suecia, Sudáfrica, Ucrania (por aquel entonces parte de la Unión Soviética), los Estados Unidos, la Unión Soviética, Uruguay, Venezuela, Haití, Liberia y Filipinas. Estos 3 últimos miembros no planeaban votar a favor de la Resolución, pero cambiaron sus posturas.

2.- En contra, por 13 miembros de la O.N.U. (un 23% de los votos): Afganistán, Cuba, Egipto, Grecia, India, Irán, Irak, Líbano, Pakistán, Arabia Saudí, Turquía y Yemen.

3.- 10 miembros de la O.N.U. (un 18% de los votos) se abstuvieron: Argentina, Chile, la República de China (lo que hoy sería Taiwán), Colombia, El Salvador, Etiopía, Honduras, México, el Reino Unido y Yugoslavia.

4.- 1 miembro de la O.N.U. (un o% de los votos) se absentó: Tailandia.

En lo que respecta a árabes y judíos de Palestina, éstos, a diferencia de aquéllos, aceptaron. La Agencia Judía, órgano gubernamental de facto de la Yishuv, no estaba del todo contenta con el Plan de Partición, pero tratándose de una buena oportunidad para poder construir un Estado judío y conseguir la paz con los árabes palestinos, terminaron por aceptarlo. Pero esa no fue la reacción de los árabes palestinos, quienes, movidos por el afán ideológico según el cual sólo el Islam puede ostentar la soberanía sobre Tierra Santa, rechazaron el Plan de Partición en tanto que preveía la construcción allí de un Estado judío.

Para los árabes de Palestina parecía no importar el hecho de que los judíos habían construido la sociedad más avanzada de Oriente Próximo. Una sociedad que hallaba su génesis en las primeras migraciones sionistas o aliyot de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, motivadas por el antisemitismo de los lugares de origen de los emigrantes, los cuales habían dado lugar a una descendencia en Palestina. Paradójicamente, los árabes pusieron mucho de su parte en lo que se refiere a la construcción de la Yishuv, al venderles tierras a los judíos.

Michael B. Oren, historiador israelí nacido en los Estados Unidos, describió a la Yishuv de la siguiente forma, en su magistral libro La Guerra de los Seis Días (Six Days of War: June 1967 and the Making of the Modern Middle East o Seis Días de Guerra: Junio de 1967 y la Creación del Moderno Oriente Medio, escrito en 2002), página 28:

"Bajo el mandato británico, la Yishuv creció con refugiados de la Europa antisemita (primero de Polonia y después de Alemania), creándose instituciones sociales, económicas y educativas que en poco tiempo sobrepasaron las facilitadas por Gran Bretaña. En torno a la década de 1940, la Yishuv era ya poderosísima: dinámica, creativa, ideológica y políticamente plural. Acudiendo a modelos tanto de Europa del Este como del Oeste, los judíos de Palestina crearon nuevos sistemas de explotación agraria (el kibbutz, comunal, y el moshav, cooperativista), una economía socialista viable con sistemas de sanidad nacional, reforestación, desarrollo de infraestructuras diversas, una universidad respetable y una orquesta sinfónica, y para defender todo ello, un ejército secreto de civiles, la Haganah. A pesar de que por prudencia los británicos habían retirado su apoyo a la creación de la nación judía, esta nación era ya un hecho: un estado incipiente y en desarrollo."

A continuación, Oren explica cómo empezó la violencia árabe contra los judíos de la Yishuv, dando así lugar al conflicto que todavía hoy está sin resolver:

"Esto fue precisamente lo que molestó a los palestinos. Establecidos allí hacía siglos, los palestinos, que representaban la mayoría de la población total del país, consideraban la Yishuv como un instrumento del imperialismo occidental, una cultura extranjera contraria a su tradicional modo de vida. A pesar de que los judíos habían sido tolerados por el islam durante mucho tiempo, si bien considerándolos en un estatus inferior, esta protección de ningún modo les daba derecho a la soberanía sobre parte del corazón del islam ni autoridad alguna sobre los musulmanes. (...). Sin embargo, la independencia bajo el dominio judío jamás podría ser una opción posible para los palestinos, sino tan sólo otra odiosa forma de colonialismo.
Así, cada oleada de emigración judía a Palestina (en 1920, 1921 y 1929) provocaba reacciones árabes cada vez más violentas que culminaron con la revuelta árabe de 1936 contra judíos y británicos."

Así fue como empezó el enfrentamiento armado hoy conocido como el conflicto israelo-palestino, con el terrorismo de los árabes palestinos (a pesar de que el moderno Estado de Israel no existía aún, no habiendo procedido éste por tanto a la ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza). La Resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas era una vía para poner fin a ese conflicto y otorgarles la estatalidad tanto a los árabes como a los judíos. Éstos lo vieron y lo aceptaron, pero no así los árabes, quienes ya al día siguiente respondieron iniciando la Guerra Civil palestina de 1947 a 1948 contra los judíos. El viernes 14 de mayo de este último año, los judíos proclamaron el Estado de Israel a través de la Declaración de Independencia correspondiente, mientras los árabes de Palestina se negaban a aceptar el Plan de Partición, que les hubiera dado su Estado y la paz.