Tal y como escribí el pasado noviembre, el Plan de Partición para Palestina, aprobado por la Resolución 181 de la Asamblea General de la O.N.U., preveía dos Estados, uno árabe y otro judío, así como la internacionalización de Jerusalén y Belén. El Plan fue aceptado por los judíos, mientras que los árabes lo rechazaron. ¿Cómo? Empezando la Guerra Civil palestina el 30 de noviembre de 1947, al día siguiente de la aprobación de la Resolución 181. La guerra duró hasta la disolución del Mandato Británico de Palestina y la entrada en vigor del Plan de Partición, esto es, el viernes 14 de mayo de 1948; fue entonces cuando los judíos de Palestina emitieron la Declaración de Independencia de Israel, su Estado. ¿Qué pasó entonces? ¿Dejaron los árabes las armas y empezaron a trabajar por la paz? Ni mucho menos.
Porque si la Guerra Civil palestina acabó, no fue porque los árabes entraran en razón, sino porque lo que comenzó como un conflicto local se convirtió en un conflicto regional. El nuevo Estado pasó a enfrentarse no sólo a árabes palestinos irregulares, sino a las fuerzas armadas de cinco naciones árabes del entorno inmediato de Israel: Líbano, Siria, Transjordania, Irak y Egipto.
Estas naciones penetraron en mayor o menor grado en territorio israelí y en el que hubiera debido pertenecer al Estado árabe palestino, así como en el área internacional. En los primeros momentos de la lucha, el resultado era incierto, atacando los árabes con una fuerza arrolladora que llevó hasta el límite al Tzahal, recientemente creado a partir de la Haganah. Pero a medida que pasaron los meses, las fuerzas israelíes se rearmaron y reorganizaron, pasando al contraataque.
La Guerra de la Independencia de Israel terminó en marzo de 1949. Las pérdidas humanas sufridas por la joven nación comprendieron más de 6.000 muertos de una población total de más de 600.000 personas, es decir, un 1% de la población, aproximadamente. Israel y sus rivales árabes firmaron por separado sendos acuerdos de armisticio, que sirvieron para, entre otras cosas, finalizar la guerra, fijar fronteras y decidir quién administraría qué territorios. Los acuerdos con las autoridades de El Cairo y Ammán merecen una mención especial.
El acuerdo de armisticio israelo-egipcio fue firmado en la isla griega de Rodas. En él, Egipto e Israel acordaron que aquél pasaría a controlar un pequeño enclave costero palestino, conocido a partir de entonces como la Franja de Gaza. Entretanto, el acuerdo firmado el 3 de abril de 1949 con el régimen hachemita, estableció la división de Jerusalén en dos mitades, Este y Oeste, controladas y anexionadas por las autoridades de Ammán y las de Israel, respectivamente; asimismo, Cisjordania pasaría a estar controlada por el régimen hachemita, que anexionaría el territorio junto con Jerusalén Este.
Resumiendo: Egipto ocupó militarmente la Franja de Gaza (sin anexionarla) y los hachemitas anexionaron Cisjordania y Jerusalén Este. Son exactamente los mismos territorios que la A.N.P. pide ahora para sí. ¿Y qué ocurrió entonces? La respuesta ya la di aquí (punto 7), y la reproduzco a continuación:
"Tras la Guerra de la Independencia de Israel (1948 a 1949), Cisjordania y Jerusalén Este fueron ocupadas y anexionadas por las autoridades de Ammán, mientras que la Franja de Gaza quedó ocupada por las autoridades de El Cairo. Sendos acuerdos de armisticio firmados con Israel supusieron la aceptación judía del hecho; estamos hablando del rechazo israelí a los mismos territorios que la Autoridad Nacional Palestina pide ahora para formar un Estado propio. Egipto conservó la Franja de Gaza hasta 1956 (reocupándola brevemente en 1967), mientras que Jordania hizo lo propio con Cisjordania y Jerusalén Este hasta 1967. ¿Por qué egipcios, jordanos y palestinos evitaron crear y consolidar un Estado palestino allí? Por falta de tiempo no sería. ¿No será que acaso era más conveniente condenar al pueblo palestino a la carencia de una patria en orden de utilizar semejante drama humano en contra de los intereses de Israel?"
Fue exactamente así. Felicitaciones por tu página. Espero que la lea muchísima gente, especialmente la que está diariamente sometida a la tergiversación de los medios e ignora lo que expones con tanta claridad en todos tus artículos.
ResponderEliminarUn abrazo