jueves, 7 de enero de 2010

Lo que no se dice de Israel: construcción de viviendas árabes en Jerusalén Este (II) y los efectos de las actitudes palestinas en el proceso de paz.

Feliz Año Nuevo. Esta es mi primera entrada de este año 2010 y veo que la cobertura periodística española del conflicto israelo-palestino sigue igual. ¿Podría deberse, quizás, al hecho de que terminé el 2009 clamando al cielo por una novia en lugar de por un poco de justicia para Israel? Sí, será eso.
El caso es que leo esto en el diario El País y me dan arcadas. Es tan panfletario, que el autor, Juan Miguel Muñoz, ni lo disimula.
El caso es que Muñoz hace referencia a la construcción de cuatro edificios cerca del Monte de los Olivos, en Jerusalén Este, que acogerán a 24 familias de "colonos" judíos. Refiere nuevamente la ya conocida historia de la judaización de Jerusalén Este a través de la fijación de residencias para judíos en la ciudad y la paralela expulsión de ciudadanos árabes. Después coge y hace referencia a las casi 700 viviendas que Israel aprobó hace una semana y pico, y a las que hice referencia aquí.
Me remito a mi anterior respuesta, pues, y además transcribo partes del artículo, resaltando las palabras clave en negrita:


"..., el alcalde de Jerusalén Nir Barkat dio el visto bueno para la construcción, a fin de abordar la falta de vivienda en la ciudad, para judíos y árabes por igual.

Atias hizo estas declaraciones luego de las acusaciones palestinas que Israel no está permitiendo a los árabes construir en la ciudad fuera de algunos casos aislados.

Según los datos recogidos, de las 500 unidades de vivienda autorizadas en Silwan, sólo dos de ellas son para residentes judíos que viven en el vecindario.

El ministro Atias presentó estos datos en respuesta a las acusaciones que el Gobierno sólo permite la construcción de viviendas judías después que 692 unidades de vivienda fueron autorizadas..."


Juan Miguel Muñoz puede tener su opinión personal sobre el conflicto israelo-palestino; faltaría más. Pero en su calidad de corresponsal del diario El País en Jerusalén, se supone que tiene que ser objetivo y ofrecer estos datos. ¿O es que se puede atacar la imagen de Israel, sin darle la oportunidad a las autoridades del Estado judío de explicarse, aunque sólo sea para que los lectores tengan acceso a más información y así puedan decidir por ellos mismos? ¿Es ese, quizás, el miedo que por alguna extraña razón tienen los máximos responsables del diario El País? ¿Que decidamos en función de una información más completa en lugar de hacerlo con sus artículos sesgados, con sus mentiras y medias verdades?
Pero la cosa no queda ahí. Y es que si he añadido la etiqueta de Terrorismo es por algo. Parece ser que para Muñoz la construcción de viviendas para judíos en Jerusalén Este o en los territorios palestinos es el único obstáculo para la paz. Cito sus propias palabras:

"Difícil será de este modo que puedan reanudarse las negociaciones con el presidente palestino, Mahmud Abbas, quien exige al Gobierno israelí que detenga la edificación totalmente y se comprometa a cumplir la legalidad internacional, tal como se reclama al Gobierno de Hamas, que padece por rechazar esa legalidad el bloqueo de Gaza."

¿Realmente son esas edificaciones en Jerusalén Este el único obstáculo para las negociaciones de paz? ¿No hay otros obstáculos? Veréis, esto sale, irónicamente, del diario El País (vuelvo a resaltar las palabras clave en negrita):


"La cooperación policial entre las fuerzas de seguridad palestinas e israelíes en Cisjordania se tambalea después de que el Ejército matara el fin de semana pasado a tres hombres en Nablus, según ha advertido el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Al líder palestino le han llovido las críticas por parte de sus conciudadanos tras la polémica incursión israelí en una ciudad en teoría bajo control exclusivo palestino. Mientras, en Gaza la aviación israelí bombardeó el sur de la franja después de que el día anterior grupos armados palestinos dispararan al menos un cohete en dirección a Israel.

'Recientemente, sus provocaciones [de los israelíes] e incursiones se han incrementado', ha declarado Abbas... 'Nos encontramos ante un momento de revisión, de reconsiderar muchas de las cosas que hacemos.' Y añadió: 'Si la coordinación [policial] no conduce a un alto en las incursiones y las provocaciones, tendremos que repensar [nuestra colaboración].'"


Más abajo, se lee:


"Una de las ideas que inspiran la cooperación policial israelo-palestina es que si el Gobierno de Abbas hace sus deberes, asegura la calma y reprime los brotes de resistencia, los israelíes deben respetar esa autoridad, interferir lo menos posible en el terreno policial y cumplir con otros compromisos como por ejemplo frenar la expansión de los asentamientos. Lo que ha sucedido en los últimos días ha sido precisamente lo contrario y por eso, la actuación del ejército israelí ha desautorizado de lleno y de nuevo al Gobierno de Abbas frente a los palestinos, debilitando aún más su liderazgo.

En Nablus, como en otras partes de Cisjordania son las fuerzas palestinas las encargadas de garantizar la seguridad. El ataque israelí... se produjo tras la muerte de un colono en Cisjordania por los disparos de milicianos de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el grupo armado del gubernamental Al Fatah. Según la versión del Ejército israelí, los soldados se presentaron en la casas de los supuestos autores de la muerte del colono y les dispararon después de pedirles que se entregaran y de que estos se negaran."


Más abajo, se lee:


"Mientras en Gaza, la relativa calma en el frente militar en los últimos meses se ha visto alterada durante el fin de semana... La aviación israelí ha bombardeado el sur de la franja, como represalia tras el lanzamiento de al menos un cohete palestino. El objetivo de los bombardeos israelíes según el Ejército fueron una vez más los túneles que los contrabandistas utilizan para importar víveres y armas a la Franja."


Bien, veamos: los encargados de la seguridad en determinadas áreas de Cisjordania son los integrantes de las fuerzas de seguridad de la A.N.P.; si las fuerzas de seguridad de la A.N.P. logran preservar esa seguridad, Israel se compromete a, entre otras cosas, frenar la expansión de los asentamientos; pero el terrorismo palestino (en ocasiones, el de las Brigadas de los Mártires de al-Aqsa, subordinadas precisamente a al-Fatah) sigue dañando la seguridad israelí; entonces, ¿no podría ser que el terrorismo palestino, por un lado, y la incompetencia de las fuerzas de seguridad de la A.N.P., por otro, contribuyan también al bloqueo de las negociaciones de paz? ¿No ha reparado Juan Miguel Muñoz en esto? ¿No cree el corresponsal que los palestinos tienen, pues, su parte de culpa por la situación?