jueves, 9 de diciembre de 2010

El Mossad está que trina.

Debe ser que Meir Dagan quiere poner punto final a su carrera en el Mossad con un sello especial. Y es que está previsto que Dagan ceda su actual puesto a Tamir Pardo, quien fue integrante de la Sayeret Matkal (una unidad de élite del Tzahal) bajo las órdenes de Yonatan Netanyahu, además de haber trabajado para el propio Mossad, y cuya máxima prioridad seguirá siendo previsiblemente la amenaza nuclear iraní. Pero habida cuenta de lo sucedido últimamente, cualquiera diría que es Dagan quien quiere reservarse para sí el mérito de acabar con tal amenaza.
Y es que el lunes 29 de noviembre de 2010, dos científicos nucleares iraníes, Majid Shahriari y Fereidoun Abbasi-Davani, fueron objeto de sendos atentados en Teherán, la capital de la República Islámica de Irán. Ambos individuos estaban vinculados al programa nuclear iraní. Parece ser que en el caso de Shahriari, una motocicleta se colocó durante un momento junto al vehículo conducido por el científico. Cuando aquélla se había alejado, el coche explotó, muriendo Shahriari en el acto; un artefacto explosivo había sido adherido a su coche desde la motocicleta.
El mismo mecanismo fue usado contra Abbasi-Davani prácticamente al mismo tiempo y en otro punto de la ciudad. Pero esta vez el atentado falló, ya que el científico resultó herido pero sobrevivió. Su mujer, que también viajaba a bordo del vehículo atacado, también resultó herida, logrando en última instancia sobrevivir.
El régimen iraní no ha tardado en acusar a Occidente en general y a Israel en particular del doble ataque. Otros científicos nucleares iraníes vinculados al programa atómico del Estado persa han muerto presuntamente a manos del Mossad, como Ardeshir Hosseinpour (al que supuestamente se le aplicó una dosis letal de radiación) o Massud Ali-Mohammadi (muerto en un atentado con bomba).
Claro que hay quien opina que el llamado largo brazo de Israel llega más lejos todavía. Por ejemplo, Mohamed Abdul Fadil Souza acusa al Mossad de estar detrás de una cadena de ataques perpetrados por tiburones en Sharm al-Sheikh, una ciudad turística en el Sinaí egipcio y a orillas del mar Rojo, ocurridos durante las últimas semanas.
Israel lo niega...

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