jueves, 5 de agosto de 2010

"Esto era vida real y estas eran personas reales."

Las palabras con las que comienzo la presente entrada corresponden a Itzhak Rubin, productor cinematográfico israelí, quien se encargó, junto al director Avishai Kfir, de proveer al público, a través de la realización de un documental titulado Yo estuve allí en color, de las recientemente descubiertas grabaciones en color efectuadas por Fred Monosson, un judío estadounidense de clase alta, entre los años 40 y los 60 en la Europa de post-guerra, el Mandato Británico de Palestina, el Estado de Israel y el Sinaí egipcio.
Muchos sin lugar a dudas pensarán que las grabaciones consisten casi exclusivamente en guerra y desdicha; que lo único que se verá será a un pueblo devastado por el genocidio camino de una tierra en la que se verá inmerso en otra guerra que dura hasta nuestros días, en la que los otrora oprimidos se han convertido en opresores, lo cual no vendría sino a demostrar que los judíos sólo se han buscado más problemas.
Los que piensen así, se equivocan.
Porque las imágenes de Monosson, al igual que las que a día de hoy llegan de la por muchos considerada Tierra Prometida, muestran, en efecto, desolación y estragos; pero aquéllas, a diferencia de éstas, no sólo muestran la sangre derramada por una violencia desgarradora, sino que también muestran vida y felicidad. Ello se debe a que Monosson supo captar, a través de su por aquel entonces avanzada cámara en color, que Israel, aunque muchos no quieran verlo, representa algo más, mucho más que destrucción; que el Estado judío es más que una nación en guerra; y que allí, en suma, vive gente normal cuyo proyecto de vida consiste en alcanzar el bienestar y la felicidad, en vez de en arruinar la vida de terceros.
Demuéstrese ello a través de los siguientes extractos del reportaje realizado con motivo del descubrimiento de las imágenes:

"A 15 millas del Cafe Piltz la guerra prosigue con furia y en el patio están sirviendo tarta." - Ilan Lokach, narrador del reportaje, minuto 7:02 a minuto 7:08.

"Vi la buena vida en Tel Aviv. En el carrete estaba escrito '48'. Dije, '¿Qué es esto?' Crecí pensando que en el 48 tenías un arma automática Sten o una azada. Ves a gente en el paseo con globos y todas estas cosas que nunca imaginaste que existían en el 47, el 48 y el 49. Ves a algunas personas alistándose para servir y para defender y algunas personas... se lo estaban pasando bien." - Avishai Kfir, director cinematográfico, minuto 7:12 a minuto 7:38.

"Aquí en color tenemos la verdadera historia alternativa a la Guerra de la Independencia. Por cada soldado combatiente con una gorra de lana había por lo menos diez que no la llevaban, alistados en el ejército, pencil-pushers, con o sin uniforme. Pero incluso los combatientes pasaban algún tiempo en Tel Aviv. Monosson grabó a Yitzhak Sadeh, comandante de las Palmach, en el Cafe Piltz." - Ilan Lokach, narrador del reportaje, minuto 7:41 a minuto 8:00.

"Cuando vi a Yitzhak Sadeh en el Cafe Piltz en Tel Aviv, en color, y crucé los datos, y está sentado ahí, bebiendo espresso y socializando y todo el mundo se lo está pasando bien, supe que había batallas recrudeciéndose en Latrun al mismo tiempo. ¿Y durante este tiempo Yitzhak Sadeh es visto en el Cafe Piltz? Eso reventó mi burbuja de fantasía sobre esta era. Pero al mismo tiempo me recordó que esto era vida real y estas eran personas reales." Itzhak Rubin, productor cinematográfico, minuto 8:02 a minuto 8:33.

"1950, Fred Monosson baila, fascinado, con los inmigrantes que vinieron en la Alfombra Mágica desde Yemen. Ese mismo año está en Marsella grabando a judíos marroquíes en su camino a Israel, y más tarde en los campos de tránsito. El momento en el que los inmigrantes yemenitas y marroquíes se dan cuenta por primera vez de que en Israel hay negros y blancos, Monosson graba en color." - Ilan Lokach, narrador del reportaje, minuto 9:33 a minuto 9:52.

Estos segmentos del reportaje nos muestran a un Fred Monosson que documentó a los judíos de post-guerra y de los inicios de Israel mucho mejor que casi cualquier corresponsal actual. Mostró no sólo la cruz de Israel, sino también su cara; una cara que a día de hoy casi nadie quiere enseñar.
Quedémonos pues con la última cita del reportaje:

"Monosson, con una cámara guiada por la curiosidad y un amor verdadero por nosotros, nos recuerda que además de construir y ganar guerras y hacer historia, teníamos bastante diversión aquí. Contádselo a las próximas generaciones." - Ilan Lokach, narrador del reportaje, minuto 11:30 a minuto 11:42.


Dedico esta entrada a todos los judíos que, con motivo de la construcción de Israel y su subsiguiente preservación, no sólo lucharon por sobrevivir en un entorno hostil, sino que también se esforzaron por vivir en su hogar.

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