La noche del lunes 7 de junio de 2010, el programa Hoy de CNN+ emitió una entrevista en directo con dos de los activistas españoles. Dijeron que antes del abordaje ya había gente muerta en el Mavi Marmara debido a disparos efectuados desde los helicópteros israelíes, pero los resultados de las autopsias demuestran que los disparos fueron efectuados a corta distancia. ¿No será más bien que los israelíes dispararon al verse rodeados y agredidos por una turba que los atacó prácticamente cuerpo a cuerpo, tal y como demuestran las imágenes? Imágenes que muestran la violencia a la que se vieron sometidos los israelíes y cómo algunos llegaron a convertirse en rehenes de los activistas. Dos de esas imágenes, por cierto, fueron misteriosamente recortadas por la agencia Reuters, no mostrando el cuchillo que portaba uno de los activistas.
Uno de los argumentos favoritos de la prensa a la hora de acusar a Israel fue la desproporción en cuanto a los medios empleados (soldados de élite armados y apoyados por helicópteros, lanchas y demás), así como la desproporción en cuanto al uso de la violencia. Ya la primera idea es en sí ridícula. ¿Qué fuerza de seguridad civil o militar busca actuar en condiciones de inferioridad? Además, los muertos no murieron por fuego de navíos de guerra, por poner un ejemplo, sino por disparos.
La segunda idea es cuando menos bastante dudosa. Los soldados descendieron en rappelling desde helicópteros, uno por uno. Cada vez que un soldado ponía pie en la cubierta del Mavi Marmara, quedaba inmediatamente aislado por una turba de individuos armados con armas blancas y objetos contundentes. Las imágenes arriba enlazadas y las que enlacé en mi última entrada muestran hasta qué punto esa violencia pudo ser letal, aunque no se usaran armas de fuego; y ello legitima el uso de la violencia letal como respuesta.
Un ejemplo es lo ocurrido el viernes 15 de junio de 2001 en Gotemburgo, Suecia, con motivo de una cumbre de la Unión Europea. Un grupo de antidisturbios quedaron aislados en la Vasaplatsen, y ante el riesgo de linchamiento, y a pesar de que ninguno de los manifestantes portaba armas de fuego, se produjeron varios disparos de la policía, resultando heridos varios manifestantes. Tres fueron las investigaciones internas abiertas, dando siempre el mismo resultado: los policías actuaron en legítima defensa.
Todo ello, así como lo especificado en mi última entrada (arriba enlazada) no demuestra la inocencia de los soldados israelíes, pero da lugar, indiscutiblemente, a una duda razonable sobre su culpabilidad; no obstante, los medios de comunicación acusan de entrada a Israel.
A ello hay que añadirle que la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales ha vetado la participación de un grupo de homosexuales israelíes porque las autoridades municipales de la ciudad de la que provienen, Tel Aviv-Yafo, no han condenado el ataque. Jorge Marirrodriga ha dado una excelente respuesta a semejante insulto.
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