jueves, 31 de diciembre de 2009

Lo que no se dice de Israel: construcción de viviendas árabes en Jerusalén Este (I).

Distintos medios de comunicación han estado denunciando continuamente la construcción, por parte del Gobierno israelí, de viviendas en Jerusalén Este para "colonos" judíos. ¿Qué medios? ABC, El País, El Mundo y Público, entre otros.
También se ha estado afirmando que esta medida, juntamente con las demoliciones de casas árabes en el sector oriental de la Ciudad Santa y las expulsiones de sus habitantes, constituyen un método de limpieza étnica cuyo objetivo sería judaizar la zona (aquí, aquí y aquí, por poner sólo tres ejemplos).
Si realmente se está judaizando Jerusalén Este a través de las expulsiones de árabes y de la construcción de viviendas sólo para "colonos",... ¿cómo se explica esto?

Esta es mi última entrada de este año 2009. Feliz Año 2010 para todos aquellos que desean la consecución de la paz en Oriente Próximo.
Shalom/Salam.

martes, 22 de diciembre de 2009

Así funciona la O.N.U. (II).

La Organización de las Naciones Unidas comprende 192 Estados soberanos con igual representación en la Asamblea General. De todos ellos, los siguientes no reconocen a día de hoy el derecho de Israel a existir: Afganistán, Argelia, Bahréin, Bangladesh, Chad, Cuba, Indonesia, Irán, Irak, Corea del Norte, Kuwait, Líbano, Libia, Malasia, Pakistán, Qatar, Arabia Saudí, Sudán, Siria, los Emiratos Árabes Unidos y Yemen.
Además, otros países no mantienen lazos diplomáticos con Israel por haberlos cortado, o sólo reconocen al Estado judío parcialmente. Entre esas naciones están Bolivia, Venezuela, Yibuti y Mauricio.
De entre los países arriba referidos, los siguientes votaron en contra de la Resolución 181 de la Asamblea General, negando así el derecho de Israel a existir, ya antes de la independencia del Estado hebreo: Afganistán, Cuba, Irán, Irak, Líbano, Pakistán, Arabia Saudí, Siria y Yemen. También hicieron lo propio Egipto, Grecia, India y Turquía, aunque estos países terminaron por reconocer al Estado judío.
Libia y Turquía son miembros no permanentes del Consejo de Seguridad.
Asimismo, en el Consejo de Derechos Humanos están presentes, de entre los países que votaron en contra del Plan de Partición, los siguientes: en primer lugar, Bahréin, Bangladesh, Cuba, Indonesia, Malasia, Pakistán, Qatar y Arabia Saudí, que a día de hoy no reconocen el derecho de Israel a existir; y en segundo lugar, Egipto e India, que han terminado por reconocer al Estado hebreo. Están presentes, además, Bolivia, Yibuti y Mauricio, que han cortado sus relaciones con Israel o sólo reconocen al Estado judío parcialmente.
Y aquí hablamos de los actuales miembros de la Asamblea General, el Consejo de Seguridad y el Consejo de Derechos Humanos; luego aún habría que hablar de miembros pasados y futuros.
La Resolución 60/251 de la Asamblea General fue la que sirvió para crear el Consejo de Derechos Humanos en 2006. Aquí se puede consultar esta Resolución en español, en la que se sientan, entre otros, los siguientes 6 principios:
i) Artículo 2: protección justa y equitativa de los derechos de todas las personas, sin hacer distinciones de ninguna clase.
ii) Artículo 3: deber de atender a las situaciones en las que se vulneren los derechos humanos en orden de realizar recomendaciones al respecto.
iii) Artículo 4: universalidad, imparcialidad y no selectividad, diálogo constructivo y cooperación internacional, a fin de impulsar los derechos humanos.
iv) Artículo 5, letra f): prevención de las violaciones de los derechos humanos y pronta respuesta a situaciones de emergencia en las que los derechos humanos estén en peligro.
v) Artículo 8: deber, por parte de los Estados miembros de la O.N.U., de examinar la contribución a la promoción y la protección de los derechos humanos por parte de los Estados candidatos a formar parte del Consejo.
vi) Artículo 9: aplicación, por parte de los Estados miembros del Consejo, de las más estrictas normas de promoción y protección de los derechos humanos.
A continuación presento una lista de conflictos recientes, o bien conflictos aún abiertos o cuyas consecuencias todavía repercuten sobre la población:
* La Segunda Guerra del Congo, librada entre 1998 y 2003, provocó 3.900.000 víctimas mortales, pero sus consecuencias y las luchas derivadas que aún se libran continúan diezmando a la población, elevando el número de muertos a día de hoy a 5.400.000 personas.
* La violencia inter-étnica en Darfur, que aún continúa, ha costado unas 300.000 víctimas mortales desde 2003.
* La Guerra de Irak, en activo desde 2003, ha costado más de 100.000 muertos.
* La Guerra Civil somalí, en activo desde 1991, ha costado 300.000 muertos.
* El conflicto israelo-palestino ha costado, en los últimos 20 años, 1.483 vidas israelíes y 7.398 vidas palestinas; asimismo, la Segunda Guerra del Líbano, en 2006, provocó más de 1.000 víctimas mortales.
Está claro que el conflicto árabe-israelí es un conflicto trágico, pero comparativamente, el número de víctimas mortales que provoca es escaso en comparación con otros conflictos armados. Sin embargo, el Consejo de Derechos Humanos de la O.N.U. parece tener otra opinión. Y es que entre 2006 y 2009 procedió a reunirse en sesión extraordinaria 12 veces, siendo Israel el protagonista de las sesiones especiales 2ª., 3ª., 6ª., 9ª. y 12ª., mientras que la violencia inter-étnica en Darfur sólo motivó la 4ª. y la violencia en la República Democrática del Congo fue la causante de la 8ª. únicamente.
¿Cómo se puede tragar que Israel haya sido objeto de 5 de esas 12 sesiones especiales, mientras que la violencia en Sudán y la violencia en la República Democrática del Congo fueron objeto de una para cada caso? Ello implica que el Consejo se ha traicionado a sí mismo y con esta actitud ha vulnerado los principios arriba señalados con los numerales i), ii), iii) y iv), es decir, que al centrarse más en el Estado judío que en otros, aunque las violaciones de derechos humanos por esos otros Estados sean mayores, ocurre lo siguiente:
i) Se hacen distinciones en función de quiénes son las supuestas víctimas y quiénes son los supuestos verdugos.
ii) No se presta la debida atención a otros conflictos, e incluso se ignoran.
iii) No se aplican la universalidad, la imparcialidad y la no selectividad, no existen el diálogo constructivo ni la cooperación.
iv) No se prevén violaciones de derechos humanos ni se responde con prontitud y urgencia a muchas de ellas.
A ello hay que añadirle que una gran parte de los Estados miembros del Consejo provocan masivas violaciones de los derechos humanos, o bien éstas ocurren en sus territorios, lo cual vulnera los principios arriba señalados con los numerales v) y vi).
Un servidor apunta a las siguientes razones para explicar todo esto:
1.- En el Consejo de Derechos Humanos hallan representación países que no reconocen o no reconocieron en su día a Israel, así como Estados que sólo reconocen parcialmente al Estado judío o que han cortado relaciones con él, como Yemen o Mauricio, respectivamente. Las críticas a Israel desde este Consejo, motivadas políticamente, constituyen un método efectivo para atacar la imagen del Estado judío.
2.- Muchos de los países del Consejo cometen violaciones de los derechos humanos, o bien éstas ocurren en su territorio; buenos ejemplos son Arabia Saudí, Cuba y Zimbabwe. Al centrarse en Israel, estos Estados consiguen desviar la atención del mundo de sus propios problemas internos en materia de derechos humanos.
3.- Muchos de los países hostiles a Israel que hallan representación en la O.N.U. son ricos en recursos, como los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Indonesia y Venezuela, o bien dependen de los recursos de esos mismos países, como es el caso de China. Así, los países ricos en recursos y que a su vez son hostiles a Israel pueden chantajear a los miembros del Consejo que son deficitarios en esos recursos, obligándoles a apoyar decisiones que perjudiquen al Estado judío.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Así funciona la O.N.U. (I).

En el año 2006, la Comisión de Derechos Humanos fue reemplazada en el seno de la O.N.U. por el Consejo de Derechos Humanos. Es el mismo Consejo que aprobó el informe realizado por el juez sudafricano Richard Goldstone, según el cual Israel cometió crímenes contra la Humanidad durante la guerra del pasado invierno en la Franja de Gaza. Y el mismo Consejo entre cuyos miembros actuales se encuentran los siguientes países: Angola, Burkina-Fasso, Camerún, Yibuti, Egipto, Gabón, Ghana, Madagascar, Mauritania, Nigeria, Senegal, Zambia, Bahréin, Bangladesh, China, India, Indonesia, Jordania, Malasia, Pakistán, Filipinas, Qatar y Arabia Saudí.
Todos ellos países ejemplares, vamos. Qué casualidad que nunca o casi nunca se hable en este Consejo de las violaciones de los derechos humanos cometidas en esos países. Pero ¿qué va a decir este Consejo sobre Israel, cuando muchos de sus miembros ni siquiera reconocen su derecho a existir?
En 1993 fue creada una O.N.G. llamada U.N. Watch, con base en Ginebra, Suiza. Uno de sus máximos responsables es Hillel Neuer, quien hace no mucho fue invitado a hablar a una reunión del Consejo de Derechos Humanos de la O.N.U. Aquí está el vídeo en el que se ve la intervención de Neuer, con subtítulos en español, incluida la respuesta del Presidente del Consejo.

sábado, 12 de diciembre de 2009

El terrorismo palestino y los niños de Hamas (II).

Ya relaté en su día la nefasta influencia "educativa" de Hamas en las mentes de los niños palestinos, siendo esa una de las causas del terrorismo palestino. Es algo que por supuesto se le ha pasado por alto tanto a Human Rights Watch como a Amnistía Internacional, y por supuesto también a la O.N.U., así como a los medios de comunicación, pero por fortuna alguien sí se ha dado cuenta: María Gloria de Anta, de Telespectadors Associats de Catalunya.
Aquí está el vídeo que sirve de denuncia. María Gloria de Anta lo explica todo.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sabiduría.

Aquí, con fecha martes 13 de enero de 2009, mientras la guerra corroía una vez más a Oriente Próximo, Maital Guttman dio un magnífico ejemplo de sabiduría. Explicó todo lo que hubiera debido explicarse aquí en España sobre la guerra en Gaza de hace ahora casi un año y que sin embargo no se explicó. Se nos ofreció la historia de tal modo que la mayor parte de la gente no se hizo preguntas, como en qué circunstancias vivían muchos israelíes bajo el constante acoso de los cohetes de Hamas. O cuáles son las libertades de los gazadíes bajo el dominio de esta organización terrorista. Como tampoco se prestó especial atención a la ayuda humanitaria que Israel enviaba o permitía enviar a la Franja de Gaza.
No se trata, como afirma esta documentalista independiente israelí residente en Los Ángeles, de echarle más leña al fuego; ni de simplificar el conflicto israelo-palestino reduciéndolo a una guerra entre buenos y malos; ni de negar el sufrimiento de ninguno de los dos pueblos implicados. Se trata, simplemente, de poner los puntos sobre las íes.
El artículo de Maital lleva por título Los Comentarios Incendiarios Avivan las Llamas (Inflammatory Comments Fuel the Fire), y ahora lo traduzco del inglés al español lo más fielmente posible:


"Con mi familia viviendo en Israel y dos primos sirviendo actualmente en el ejército israelí, he estado analizando la situación cuidadosamente. Es desgarrador. Es trágico. Gente inocente está sufriendo en ambos lados. Pero ahora no es el momento de hacer observaciones incendiarias. Ahora no es el momento de lanzar despiadadamente por ahí palabras como 'genocidio'. Ahora no es el momento de apuntar con el dedo a un único bando, sin tomar un punto de vista crítico a lo que están haciendo ambos bandos. Tengo miedo de que esto sólo le eche más leña al fuego, en un momento en el que todos deberíamos ser autocríticos, examinar los hechos sobre el terreno, y llamar a ambos bandos al final de la violencia. Al final del día, creo que el pueblo palestino es el que más está sufriendo, pero la culpa no se le puede echar solamente a Israel, sino también a los líderes de Hamas.

En 2005, mi primo israelí y unos amigos participaron en una manifestación por la paz que llamó a la retirada de Gaza. Los israelíes creyeron que el pueblo palestino tiene derecho a gobernarse a sí mismo. Era un tiempo de esperanza, y era el principio del fin de la ocupación. Un año más tarde, mi primo estaba en el ejército, y estaba echando a su propia gente israelí de sus hogares en Gaza. La esperanza era la de que este sería el primer paso hacia la paz.

Tristemente, esto no ocurrió. Recuerdo el shock y la consternación que los israelíes sintieron cuando los gazadíes votaron a Hamas para que ocupara el poder. En julio de 2006, los líderes de Hamas emitieron estas declaraciones: 'La aniquilación de los judíos aquí en Palestina es una de las más espléndidas bendiciones para Palestina. Esto será seguido por una gran bendición, alabado sea Alá, con el establecimiento de un Califato que gobernará la tierra y será grato para los hombres y Dios.'

Contrastad esto con la declaración hecha recientemente por la Ministra de Exteriores de Israel: 'Mientras nos enfrentamos a Hamas, Israel continúa creyendo en una solución de dos estados y se mantiene adherido a las negociaciones con la legítima Autoridad Palestina en el contexto del proceso de paz.'

¿Los líderes de quién, entonces, están aparentemente llamando al genocidio?

Desde que tomó el poder, Hamas ha estado empeorando la situación del pueblo palestino. Cientos de palestinos han sido asesinados por prójimos palestinos. En 2007, al menos 344 palestinos han sido asesinados por su propia gente. Una se pregunta ¿por qué la vida de un palestino vale más cuando es tomada por un soldado israelí? ¿Por qué no hay rabia cuando Hamas llama al público para servir como escudos humanos para los terroristas como hicieron más pronto este año?

Desde la retirada israelí en 2005, unos 6.500 cohetes han sido disparados sobre Israel, sobre todo a la cercana Sderot. Los niños se acostumbraron a escuchar la alarma y tener 15 segundos para correr a un refugio. Si terroristas mexicanos (o peor aún, el gobierno mexicano) disparara una media de 40 cohetes sobre San Diego diariamente, ¿no tendrían los EE.UU. el derecho y la responsabilidad de proteger a su pueblo? Lo mismo es verdad para Israel, que ha intentado negociar y ha esperado por más de dos años. Pero Hamas terminó el alto el fuego y ahora también está adquiriendo cohetes más potentes que llegan más lejos dentro de Israel. Israel no tenía otra opción excepto la de responder. Todo país tiene el derecho y la obligación de proteger a su pueblo.

Dicho esto, estoy muy triste por el número de palestinos inocentes muertos. Os puedo asegurar que lo último que Israel quiere es enviar a sus jóvenes soldados por un camino peligroso, a no ser que sea absolutamente necesario. Puedo aseguraros que esto no está pensado para ser un ataque sobre los palestinos, sino sobre la organización terrorista que es Hamas. Se permite que ayuda humanitaria, comida y ambulancias entren en Gaza, y yo considero mi responsabilidad como israelí y como judía hacer a Israel responsable, y para asegurar que hace todo lo que puede para evitar una crisis humanitaria.

Para ser honesta, no estoy segura de cuál será el resultado de la guerra. Temo que en un intento de quitar de en medio una infraestructura terrorista que dispara cohetes sobre Israel, la destrucción, el trauma y la pérdida de vidas sólo alimentarán más el odio. Estoy especialmente preocupada por los niños palestinos cuyo trauma temo que los guiará hacia el extremismo.

Al final, creo que el ciudadano medio en ambos lados desea la paz. Debo creer esto para ser igual. Sueño con el día en que nuestros pueblos puedan estar juntos, practicar el deporte, viajar al país del otro, y tener dos estados viviendo pacíficamente lado a lado. No creo que esto pueda ocurrir sin unos líderes valientes que miren hacia delante, deseosos de hacer lo que quizá sea impopular para el ideal de la paz. Rezo por el pueblo palestino y por mi propio pueblo en Israel, y nos reto a todos nosotros a hacer lo que podamos para apagar las llamas del desentendimiento y el odio, más que para avivarlas.

Es muy fácil culpar a un bando o a otro, y sé que nuestras comunidades y familias quizás lo hacen muy fácilmente, pero somos una generación que cree que podemos marcar la diferencia, que ha viajado y ha sido capaz de ver la vida desde la perspectiva de otros, y que todavía se mantiene en los ideales según los cuales quizás un día todos nos sentemos juntos y en paz. Inshallah. Shalom."

viernes, 4 de diciembre de 2009

Otras observaciones sobre las declaraciones de Pérez Tapias.

Además de lo dicho aquí, aquí y aquí sobre el artículo de opinión de José Antonio Pérez Tapias, diputado socialista por Granada, me gustaría hacer más comentarios al respecto.
Para empezar, el "muro" por el que Pérez Tapias y tantos otros protestan no es un muro. En la mayor parte de su recorrido, se trata de una valla. Y en segundo lugar, es ridículo pensar que la barrera (llamémosla así, pues quizás sea el término más neutral) se realiza con fines de segregación al estilo del Apartheid sudafricano. ¿Por qué? Porque en ese caso, la barrera separaría no sólo a Israel y a los colonos de los árabes de Palestina, sino que los separaría también de los árabes israelíes, quienes étnicamente son, en su vasta mayoría y precisamente, palestinos. Y eso no ocurre. Nazaret es una ciudad israelí poblada mayoritariamente por árabes y ninguna barrera los separa de los judíos. Queda claro, pues, que la idea del "muro" como método de segregación es absurdo. Si quieres segregar a un grupo étnico, empiezas por aquellos que están dentro del país, no por aquellos que están fuera de él.
La verdad pura y dura es la siguiente: Israel construyó la barrera con fines de seguridad. Así, del mismo modo, las barreras que separan Ceuta y Melilla de Marruecos están ahí por la misma razón, y lo mismo vale para la barrera que separa los EE.UU. de México. En los casos español y estadounidense, se trata de evitar la inmigración ilegal y el crimen organizado transfronterizo. Y en el caso israelí, se trata (aparte de por lo anterior, que también) de evitar la infiltración de terroristas palestinos.
En los años 90 comenzaron a cometerse ataques con bomba a manos de terroristas suicidas. A medida que avanzaban los años, el número de ataques se iba haciendo cada vez mayor. Si en 1993 tuvo lugar un único ataque, en los años 1994, 1995 y 1996 ocurrieron cuatro cada año. De los cuatro ataques del año 2000 se pasó a los 41 del año 2001, y de ahí a los 45 del año 2002. Fue precisamente en el año 2000 cuando empezó la Segunda Intifada o Intifada de al-Aqsa.
No sólo creció el número de atentados, sino el número de víctimas por suceso. El atentado del año 1993 costó una vida (la víctima era, irónicamente, palestina), sin contar al autor, mientras que el atentado ocurrido en un autobús en la calle Dizengoff de Tel Aviv en 1994 se cobró 22 vidas inocentes. Un atentado en una discoteca en 2001 costó otras 21 víctimas mortales, excluyendo al criminal.
A estos atentados hay que sumarles otros de menor calado pero también dañinos, como los disparos efectuados por tiradores palestinos desde posiciones elevadas y en dirección a carreteras por las que circulan israelíes.
Todo esto fue lo que provocó, ya en los 90, la idea de construir una barrera que impidiera la entrada clandestina de terroristas en suelo israelí a efectos de provocar atentados como los arriba mencionados. Y en los sectores en los que la barrera se erige en muro, se ha conseguido obstaculizar los disparos efectuados por tiradores.
La barrera protege asimismo a los habitantes de las colonias, quienes padecen también ataques terroristas, por muy criticable que pueda ser el hecho de establecer esos enclaves.
La construcción de la barrera se aceleró con la Intifada de al-Aqsa, y funcionó. Consecutivamente entre 2002 y 2008, el número de atentados terroristas suicidas por año fue de 45, 23, 17, 9, 3, 1 y 1. Para el mismo período, el número de muertos por año, excluyendo a los terroristas suicidas, fue de 238, 145, 93, 30, 15, 3 y 1.
La información correspondiente a los atentados y sus víctimas, así como las fuentes utilizadas, se puede encontrar aquí (en inglés).
Otra cosa que me llama la atención del artículo es algo que ya había visto con anterioridad. Se trata de las siguientes palabras: "Ya hace años, precisamente la escritora sudafricana de origen judío, Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura en 1991, comenzó a hablar del 'apartheid' puesto en práctica por el Estado de Israel." Por alguna extraña razón, los pro-palestinos tienden mucho a utilizar los argumentos de aquellos judíos que critican a Israel. Es como si una crítica anti-israelí fuera más válida sólo porque la realiza un judío.
Por último, termina Pérez Tapias diciendo: "Lleva razón Zapatero: 'otros muros deben caer.' Si no es así, todos los lemas relativos a un mundo sin fronteras son expresión del piadoso deseo de un utopismo impotente." Yo le contesto a Pérez Tapias que si quiere puede dar ejemplo tirando las vallas de Ceuta y Melilla, pero los israelíes son lo suficientemente realistas como para salvaguardar su seguridad.
Otra cosa es que Tapias realmente cometa la desfachatez de creer que tirando abajo el "muro" israelí, las vallas de Ceuta y Melilla o la barrera estadounidense, todos nosotros (españoles, marroquíes, estadounidenses, mexicanos, israelíes y palestinos) nos vayamos a hacer amigos, cojiditos de la mano y brincando como corderitos por el campo...

Sobre la analogía entre Israel y el apartheid sudafricano (III).

Más leyes del apartheid sudafricano (aquí, en inglés), en respuesta a la analogía de Israel con el apartheid sudafricano, expresada por el diputado socialista por Granada, José Antonio Pérez Tapias, en este artículo de opinión:

11.- Acta de Nativos, Acta N.º 64 de 1956: negó a la gente negra el derecho a apelar a los tribunales en casos de desalojo forzoso.
En Israel, cualquier persona, independientemente de cuestiones étnicas, raciales o religiosas, tiene derecho a recurrir a los tribunales del país, incluyendo a aquellos que, no siendo ciudadanos israelíes, se vean afectados por las acciones de las autoridades del Estado judío.
12.- Acta de Extensión de la Educación Universitaria, Acta N.º 45 de 1959: puso fin a la presencia de estudiantes negros en universidades en las que estudiaban blancos. Se crearon universidades asignadas a distintas razas.
En Israel, ninguna ley impone la segregación étnica, religiosa o racial en las universidades.

martes, 1 de diciembre de 2009

El surgimiento del nacionalismo palestino.

Entre los círculos antisionistas se suele ver al pueblo palestino como el único con derecho a la autodeterminación en Palestina, siendo el sionismo un movimiento foráneo de naturaleza colonizadora. Los palestinos, según afirman aquellos que deslegitiman existencialmente a Israel, son un grupo nacional forjado durante siglos de dominio árabe sobre Palestina. Un análisis de los hechos históricos nos demuestra, sin embargo, que no es así. El nacionalismo árabe palestino es en realidad una reacción al sionismo, y si éste hallaba oposición entre los árabes de Palestina era simple y llanamente porque proponía la construcción de un Estado judío en lo que ellos consideraban suelo sagrado musulmán.

Irónicamente, los kibbutzim y moshavim de la Yishuv, o muchos de ellos, fueron implantados en tierras que los árabes de Palestina les vendieron a los judíos entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, precisamente cuando el sionismo era débil y los judíos tenían bien lejos la soberanía en Tierra Santa (en aquel momento, en manos otomanas, es decir, musulmanas), no habiendo comenzado aún el conflicto. También irónicamente, en aquella época de relativa calma los árabes de Palestina no se consideraban a sí mismos palestinos, sino árabes; el término "palestinos" era usado para designar a los judíos. Y es que la identidad de los árabes de Palestina como palestinos surgió como resultado de la oposición al sionismo, y no por el vínculo histórico al territorio. Martin Sieff, de United Press International, lo explica en su libro Guía Políticamente Incorrecta de Israel y Oriente Medio (The Politically Incorrect Guide to the Middle East o La Guía Políticamente Incorrecta de Oriente Medio, escrito en 2008), páginas 120 a 122:

"Si en Palestina, entre los años 1920 y 1947, se hubiera preguntado a cualquier persona (ya fuera árabe o judía) '¿quiénes son los palestinos?', la respuesta habría sido unívoca: los palestinos eran los judíos, y no los árabes. En esa época, la comunidad judía de Palestina, que crecía rápidamente, siempre se describía a sí misma como palestina. Esta costumbre era reconocida incluso en 1960, cuando se hizo la exitosa película Éxodo. Los palestinos árabes siempre se refirieron a sí mismos como árabes.

La guerra desencadenada en 1947 y 1948 para eliminar al naciente Estado judío fue llevada a cabo por los miembros de la comunidad árabe-palestina, no como palestinos, sino como árabes. Queda claro que, como resultado de la masiva inmigración judía en Palestina, había emergido por reacción una identidad árabe-palestina diferenciada, pero no se trataba de un vínculo milenario con el nombre o con el país."

Otra prueba de que la identidad de los árabes de Palestina como palestinos surge como contraposición al sionismo en beneficio del dominio musulmán sobre Tierra Santa se señala en la página 125 del libro de Sieff:

"Durante los largos siglos del Imperio otomano no hubo nacionalismo árabe-palestino."